Un ex trabajador de Televisa aseguró que, entre los archivos viejos del programa, había un episodio jamás transmitido. No aparecía en ninguna lista oficial y estaba guardado en una cinta con la etiqueta “No emitir”.
El episodio comenzaba normal: la vecindad en silencio, los créditos de inicio, pero sin música. Solo un zumbido extraño de fondo. La cámara enfocaba el barril del Chavo durante varios segundos, demasiado tiempo.
Después aparecía el Chavo, pero no se veía alegre: tenía el rostro pálido, los ojos hundidos y apenas sonreía. Entraban los demás personajes, pero no hablaban entre ellos, solo miraban fijamente al niño. La tensión era tan fuerte que parecía que todos sabían algo que el espectador no.
De pronto, el profesor Jirafales le preguntaba al Chavo en un tono muy serio:
—¿Ya les contaste lo que hiciste?
El niño rompía en un llanto desgarrador y se escondía en su barril. La cámara lo seguía, acercándose lentamente hasta la oscuridad total. En ese momento se escuchaban gritos, golpes y lo que parecía un llanto de varios niños a la vez.
El capítulo terminaba sin créditos, solo con una pantalla negra y una frase escrita a mano:
“Él nunca debió estar aquí.”
Desde entonces, dicen que ese episodio fue destruido, pero algunos aseguran que todavía circula en copias privadas de coleccionistas.
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