Siempre tuve curiosidad por los hospitales antiguos. Así que cuando me ofrecieron hacer mis prácticas nocturnas en el Hospital Juárez de México, acepté sin dudarlo.
La primera noche fue tranquila, pero en la segunda, justo a las 3:15 a.m., todo cambió. Estaba revisando expedientes en el área vieja, cuando escuché pasos en el pasillo. Salí a ver, pero no había nadie. Las luces parpadearon y entonces lo escuché:
un llanto desgarrador, como de alguien sufriendo.
Lo seguí hasta una habitación cerrada. Desde dentro, se escuchaban gemidos y el sonido de respiraciones pesadas. Empujé la puerta… pero adentro no había nada, solo una cama oxidada y el olor a formol.
Al regresar al pasillo, vi algo que me heló la sangre: una sombra humana avanzando lentamente hacia mí. No tenía rostro, solo la silueta negra y alargada. Caminé hacia atrás, pero la sombra se movía más rápido de lo que yo podía retroceder.
De pronto, sentí que algo me tomó del hombro. Volteé y no había nadie, pero una voz me susurró al oído:
—Yo no salí de aquí.
Salí corriendo, pero en cada esquina del pasillo veía más sombras. Algunas estaban paradas, inmóviles, otras arrastrándose por el suelo. Llegué a la enfermería y me encerré. Pasé el resto de la noche rezando, escuchando golpes en las paredes y pasos que se detenían justo frente a la puerta.
Desde esa noche, cada vez que regreso al hospital, las luces se apagan solas cuando paso por ese pasillo. Y lo peor es que, a veces, cuando voy caminando en la calle, escucho ese mismo llanto detrás de mí, como si las almas del hospital me siguieran a todas partes.
Origen del Hospital Juárez (CDMX)
El Hospital Juárez, fundado en 1847 en la Ciudad de México, es uno de los hospitales más antiguos del país. Su construcción respondió a la necesidad de atender a los enfermos durante la época de conflictos y epidemias, y a lo largo de los años se convirtió en escenario de innumerables tragedias.
Se dice que durante su historia han ocurrido muertes violentas, epidemias y experimentos médicos poco documentados. Muchos pacientes fallecieron en circunstancias trágicas, y sus cuerpos eran almacenados en el hospital mientras se realizaban prácticas médicas o autopsias.
A lo largo del tiempo, trabajadores y visitantes han reportado sombras recorriendo los pasillos, lamentos de pacientes y apariciones inexplicables, especialmente en las áreas más antiguas del edificio. La leyenda asegura que los espíritus de aquellos que murieron dentro del hospital nunca abandonaron el lugar, y que su presencia se manifiesta a través de sonidos, pasos y figuras oscuras que aparecen en las noches silenciosas.
Hoy en día, el Hospital Juárez sigue funcionando, pero su historia y las múltiples experiencias paranormales registradas han convertido al lugar en un referente de terror urbano en la Ciudad de México.
