Un antiguo animador de Nickelodeon confesó la existencia de un episodio nunca transmitido de Bob Esponja, titulado “La Muerte de Bob Esponja”. No aparecía en ninguna lista oficial, y se decía que quienes lo veían quedaban marcados para siempre.
El episodio comenzaba de manera normal: Bob despertaba en su piña bajo el mar. Pero algo no estaba bien: no había música alegre, ni risas. Todo estaba en un silencio opresivo. Sus ojos se veían apagados, con profundas ojeras, y sus movimientos eran lentos, como si cargara un enorme peso.
Al salir de su casa, se encontraba con un Fondo de Bikini desierto. Ningún personaje aparecía. Las calles estaban destruidas, las casas en ruinas y el cielo marino teñido de un rojo oscuro. La cámara mostraba tomas largas y estáticas, demasiado perturbadoras para un dibujo animado.
Bob comenzó a caminar sin rumbo, hasta que encontró una cuerda colgando de una roca. Su voz, quebrada y con un tono que nunca se había escuchado en la serie, murmuró:
—Ya no puedo seguir solo…
En ese momento, la animación se volvió realista. Los ojos de Bob se llenaron de lágrimas, pero no caricaturescas, sino humanas, con detalle fotográfico. La pantalla mostró cómo ataba la cuerda alrededor de su cuello. La escena se alargó con un silencio insoportable, hasta que se dejó caer.
El sonido del cuerpo balanceándose era tan real que helaba la sangre. Luego, un corte abrupto: la cámara enfocó a Patricio, quien lo observaba desde la oscuridad, con una sonrisa grotesca y los ojos completamente negros.
El episodio terminaba con un texto en pantalla:
“Incluso bajo el mar… la muerte alcanza a todos.”
